miércoles, 25 de abril de 2007

Drama/Mex

PRINCIPALES CULPABLES DE ESTA CATÁSTROFE CINEMATOGRÁFICA

- Gerardo Naranjo, claro, director y guionista, por desaprender para desenseñar cómo se deshacen las cosas.
- El técnico de sonido, porque desde el minuto veinte los actores parecen Don Lockwood y Lina Lamont rodando El caballero duelista.
- Iñárritu y Arriaga -juntos en mi blog porque me da la gana- por instaurar la moda tres-historias-de-por-sí-inverosímiles-se-cruzan-de-forma-aún-más-inverosímil, cuyo remate es la soporífera Babel.
- Los niños de Canana -monísimos - por comprar la moto y no ahorrar: las playas podían ser las de Acapulco como las de Marcelo Ebrard.
- El "dogma" y todos los movientitos posmodernos que imitan la "nouvelle vague": marear al espectador con desenfoques gratuitos y cámara en muñeca enferma de Parkinson no se lleva desde los sesenta, no mola nada, y no, los que imitan la corriente no son Jean-Luc Godard, ni siquiera cuando la protagonista pija se encoña con un delincuente.


Coda
Semejante comistrajo -mal titulado, mal escrito, mal dirigido, mal actuado y malísimamente hablado- no merecería una línea ni siquiera en este rincón escondido, si no fuera porque los críticos e intelectuales mexicanos le han dado espacio en sus notas y conversaciones, y cuando no la han elevado a película de culto, le han concedido el beneficio de la duda. Mencabrona tanto, güey...

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