Me acabo de sacar la licencia de manejo del Distrito Federal. Y no debería haberme angustiado por no tenerla en todo este tiempo: ni siquiera me han pedido el carné español. Así que un extranjero, si tiene el documento migratorio en regla y paga 438 pesos, ya puede coger un coche, aunque no haya visto una palanca de cambios en su vida. Luego no nos extrañen los borrachos indolentes al volante, pues indolente es el gobierno.
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