viernes, 15 de octubre de 2010

el cáncer

Sí hay un depredador del hombre y lo lleva dentro. Obcecado, rápido, capaz de agazaparse hasta tener segura su presa: un gran cazador.

Por lo demás, no hay nada que pueda decir con lucidez y templanza que no esté en estas notas de Christopher Hitchens y Eugenia Codina. El cáncer está lejos de ser una lucha. La mente contra el cuerpo. Tal cual.

martes, 12 de octubre de 2010

primera palabra

ABVUA

El biberón, el vaso, la botella, el grifo, la fuente: abvua.


Espero que esa eufonía la acompañe en todo lo que se proponga decir en la vida.

sábado, 4 de septiembre de 2010

la cámara, y lo que no es cámara



Aunque me dijeron más tarde que lo mío era el karaoke...

jueves, 26 de agosto de 2010

72 muertos y un muro

Setenta y dos. Así puestos, uno detrás de otro, suman lo que alguna clase en la Facultad de Ciencias de la Información. Con setenta y dos años, uno detrás de otro, murió mi abuelo Juan. Setenta y dos dicen los cabalistas que son los nombres de Dios.

Estados Unidos debería detener desde hoy la construcción del muro físico, por otro lado un poco inútil, entre su frontera y la de México. El muro que separa a los miserables de Estados Unidos es México mismo.

lunes, 21 de junio de 2010

32



Mis señas de identidá. Los colores rojigualdos son lo de menos.

domingo, 13 de junio de 2010

"Estamos hablando aquí con mucha formalidá" (Kiko sin cortes)

Hoy me he acordado de aquella entrevista que le hice a Kiko Veneno hace cuatro años y medio (uf) a instancias del editor de LL. Yo le propuse al editor publicar la crónica de la entrevista en lugar de la entrevista editada en estilo directo, que de ninguna manera hacía justicia a aquella divertidísima conversación en la peña bética de Valencina que acabó con nuestra mesa bajo el sol llena de botellines vacíos de cerveza. Pero entonces yo no tenía ningún poder de convicción sobre el editor (¡otro gallo nos cantaría hoy!), así que la entrevista salió así. Hace mucho tiempo que le debía esta joya surrealista a mis propios delincuentes, que a veces comen en frío y otras en caliente. Va:

¿Y quién es “el hombre invisible”?
Pues no hay contestación para eso. “El hombre invisible” es un cúmulo de circunstancias que han hecho que yo hiciera una canción con ese título, que tampoco dice nada, porque... dicen que lo han visto por allí, que lo han visto detrás de ti. Pero lógicamente, por más que evolucione uno en el pensamiento, no lo puedes ver. Así que... hay una película, es un mito muy... El mito yo lo remitiría a antes de la película famosa de los años 40 que yo no he visto, y el libro y tal. Para mí el mito de los hombres invisibles... los dioses griegos cuando aparecen contados en la tradición griega, en la Ilíada y demás, son como hombres invisibles también, son fuerzas que están ahí, superiores a la humana, que de pronto desaparecen, pero no por ello dejan de actuar.

¿Te refieres al poder, o un poder en la sombra?
No, no, no, me refiero a lo más sencillo, que lo más sencillo para nosotros es el tebeo y el chiste del hombre invisible. Quiero decir que es un mito popular, de nuestro imaginario colectivo. Para nosotros es también un súper-héroe o algo así, el hombre invisible es un súper-héroe y tiene el poder de ser invisible. Por eso te he dicho yo que eso podría llevarte hasta los mitos griegos. Pero también, por ejemplo, te puede llevar a todo lo contrario, ¿quién puede ser el hombre invisible, en un sentido? Pues la persona más anónima que naufraga ahí, viniendo a Europa en una patera y ni siquiera ya está entre los refugiados, ni entre los muertos, ni entre los desaparecidos, ni entre los reclamados, ni entre los deportados ni ná, sino que nadie se ha enterado de que se ha muerto. O sea, que tiene un montón de interpretaciones. Yo en mi canción no le doy ninguna, la verdad. Me he imaginado un tebeíllo, jugando un poco para que la gente se ría. Yo no quiero con esa letra hacer filosofía ni ná, lógicamente. Lo que quiero es hacer una canción rockera y ya está, y si acaso plantear algo, porque eso siempre es una obra muy rica.

Después de cinco años sin sacar un disco en solitario, ¿te sientes reconciliado con la industria musical española?
Yo no tengo ningún sentimiento de odio ni de aversión contra la industria musical. Lo tuve en mis principios, mis primeros años sí fueron duros para mí en ese sentido porque hicimos Veneno y lo guardaron en un cajón, porque les daba vergüenza realmente. Yo no les culpo a ellos, ni a una persona ni dos, quiero decir que es lo que había, que quizá no era el momento nuestro. Sí que tuve una reacción de rechazo a la industria discográfica. Después he comprendido que bueno, ellos están ahí, hacen lo que pueden, lo que quieren o lo que las circunstancias permiten. Quiero decir que no tiene sentido estar enfrentado a esta gente, ni a nadie. Quizá no son como tú quisieras que fueran, no te preparan algo como tú querrías que te prepararan, pero bueno, es lo que hay, y es como las emisoras de radio. A mí no me gusta cómo son las emisoras de radio en España y cuando me llaman para una entrevista voy, ¿entiendes? Es lo mismo. O sea que no tengo ninguna relación de aversión y de rechazo. En un principio sí, los primeros años sí fueron duros para mí, yo no entendía cómo esa gente no me daba más...

Luego se te ha devuelto, porque esos primeros discos ahora son de culto...

Bueno, luego las cosas llegan cuando tienen que llegar, en su momento. Sí tenía un sentimiento de aversión hacia ellos, pero se me quitó, se me quitó rápidamente, cuando yo hice el Cantecito (Échate un cantecito, 1992) yo tenía eso perfectamente claro y la gente también.

Hasta entonces, tú tenías la sensación de haber sido los ochenta una época maldita...
Claaaro, porque para mí los años ochenta eran una ruina, ¿entiendes? Yo había hecho un disco para meterme en la música y de pronto empiezan los sonidos esos tecnos y con las baterías así, “pla pla pla”, y bueno, no conseguía que el disco saliera de un cajón.

Sin embargo los ochenta fue la época en que Camarón rompió con la Leyenda del tiempo, diste a conocer a Martirio, Pata Negra despegaba, tú empezaste a ser conocido por la televisión, en La bola de cristal... El público supo entonces quién era Kiko Veneno. ¿Tú te has replanteado esa época después más benévolamente?
Yo no me he replanteado nada. Yo no pienso mucho sobre mi vida porque soy una persona muy poco reflexiva, por eso no me gusta nada el ajedrez. Sé lo que hice y por qué lo hice, y ya no vuelvo a reflexionar, no sé si es una actitud positiva, porque a veces conviene. Yo ahora mismo tengo un sentimiento muy claro de que en aquella época yo no estaba contento pero tenía que hacer algo, no veía claro la música que tenía que hacer, por el motivo de que yo había entrado en la onda de Veneno, y trabajar con Raimundo, y con Camarón en La leyenda del tiempo. Yo estaba en esa tendencia de coger y renovar el flamenco. Y de pronto llegan los ochenta, que son una época muy... y me quedo yo sin Raimundo, que forma Pata Negra y esa tendencia la sigue él –que tampoco tuvieron éxito en su momento, porque ellos no tuvieron éxito realmente hasta el año 87 u 88–. Pero durante todos los ochenta tuvimos ese sentimiento.

¿Qué aprendiste del maestro Camarón? ¿Qué anécdotas podrías contar de cuando trabajaste con él?
Para nosotros era un príncipe y como tal se comportaba. Era una persona realmente aparte, tenía un carisma, una personalidad... Bueno, que nosotros, claro, no podíamos disociar de su voz, porque yo cuando lo vi a él, lo conocí en persona, ya lo había conocido tantísimo de sus discos... Como persona era tremendamente sencilla, humilde, con un carisma muy especial... Bueno, el sentimiento de estar con una persona que tenía un don especial, una persona privilegiada. Pero al mismo tiempo, una persona con una accesibilidad, una persona consciente de ese poder que tiene y es capaz de utilizarlo de una forma muy humana.

Ponme un ejemplo...

Te quiero decir que no es la persona que cuando comprende ese poder que tiene se sube en un pedestal y entonces ya se dedica a ejercer su poder. Sino una persona que cuando comprende ese poder que tiene se queda al nivel de la tierra y siempre, aunque tú le admires su poder y todo eso, junta su hombro con el tuyo y es tu hermano, tiene una relación de hermandad, ¿entiendes? El prototipo más claro de Camarón es Jesucristo, es como un mártir. Al final, la leyenda de su vida deriva en mártir, o sea, Camarón, príncipe y mártir. Tuvo su juventud y murió mártir de su compromiso artístico...

Y de los excesos...
Entonces digamos que esas serían sus señas de identidad. Te iba a decir algo pero se me ha olvidao...

Sí, alguna anécdota que tengas, algo que recuerdes...
No, eso de que parecía como Jesucristo. Y de hecho la iconografía, esas estatuas y esas pinturas, cada vez se parece más a un Cristo.

Volviendo al tema de la música en España, ¿cuáles dirías que son los males de la industria discográfica? ¿De quién es la culpa?
Hombre, los males de la música en España... Yo contestaría siempre, como en todo, que hay que verlo en un aspecto global. Entonces yo intento plantearme cuál es la situación de la vida, por qué la vida es así: ¿cómo vivimos?, ¿tenemos tiempo para vernos?, ¿en qué utilizamos nuestro tiempo? En ese sentido es un pensamiento muy marxista, ¿no? ¿Cuáles son las condiciones?, ¿de qué disponemos?, ¿cuál es el campo de trabajo? Entonces te diré cuáles son las costumbres de la gente, si se comunican o no, el tiempo que pasan solos, el tipo de relaciones sexuales que tienen y el tipo de deporte que practican, lógicamente, y las horas que se pasan sentados en el sofá. La cosa es muy física... Y ya me despistao otra vez. ¿A cuento de qué digo yo esto?

Qué males aquejan a la música en España.
Yo creo que en general la vida va a peor, a más desagradable, a menos tiempo, a más estrés, a más monopolio de los medios de información, a más imposicición de las cosas, cada vez tenemos menos conocimiento de lo que es, de cómo se reparte el poder del mundo y cómo actúa. Pero al mismo tiempo cada vez tenemos más conocimiento en libertad personal y en disfrutar, y en partir botellas también, y en tomar tripis, y en volvernos locos y volver, y en muchas cosas. O sea que estamos en una sociedad con una fuerza y una vitalidad que está cambiando muchísimo. Dentro de todo eso la música la veo como un aspecto liberador, porque siempre nos remite a la necesidad de un... joder, la música es un sentimiento muy especial porque de pronto, te permite conectar contigo mismo de una forma especial, es algo muy abstracto. Es una cosa inmaterial, tiene mucho poder evocador, y entonces la gente lo necesita y lo utiliza cada vez más. La música hoy se demuestra que es, yo la interpreto, como una de las válvulas de llamada de la gente, de socorro, ¿no? La gente quiere música, la necesita.

Entiendo que quieres decir que pase lo que pase, el artista siempre va a encontrar un público que esté esperando esa música determinada, da igual los problemas que haya en la industria musical. Te pregunto.
Lo has definido muy bien, ese mecanismo funciona así, como tú lo has definido. De pronto hay un mogollón de mujeres en España, en una España en que cada año están muriendo un centenar, dos centenares de mujeres, víctimas de la violencia de sus parejas, de hombres. Entonces de pronto hay ahí la sensación de un poder emergente de la mujer, la mujer está ocupando un espacio, mostrando sus sentimientos de una forma, y de pronto aparece Bebe, y hace así, coge todo eso y hace una canción con todo eso. O sea que el mecanismo es ése, no hay otro, ¿entiendes? Habrá habido muchas mujeres que hayan intentado recoger ese sentimiento colectivo que se estaba creando, pero ella ha sido la que ha tenido esa suerte, ha tenido esa habilidad, ese arte... Pero físicamente funciona así, quiero decir, que necesitamos ese cantar... Cantar, o sea, la música, es una actividad que nos ayuda a entender la vida cómo es, porque nos pone en una situación de más placer, más subjetiva, más mágica, porque no tiene cuerpo, no tiene ná, la música es una gratificación muy especial, te ayuda al cuerpo pero de una forma muy espiritual. Por eso es como una válvula de llamada.

Sin embargo, los cantantes profesionales se quejan de que la industria española tiene determinados problemas. Por ejemplo, ¿tú qué opinas del fenómeno de Operación Triunfo, el construir artificialmente un cantante, jóvenes que canten canciones conocidas que al final venden más que los originales?
No es el fenómeno ese, ¿eh?, así no es, yo no lo describiría como lo has descrito tú. Yo lo describiría de la siguiente forma: es un concurso en el que aparecen artistas como Bisbal, que tienen un nuevo repertorio. Es un sistema parecido a lo de antes. Porque lo mismo que te he dicho antes de la mujer y Bebe, pues bueno: la familia en el sofá, la concursitis, hay fenómenos que se dan y de pronto la gente juega a eso. Pero el objetivo siempre es el mismo: Bisbal viene a ser como un Manolo Escobar moderno, joven, ¿no? Y está ahí porque el público lo quería. Y claro, lo que pasa es que luego ha habido otros veinte o treinta, y se han quedao ahí.

O sea, que tú no piensas que es un fenómeno que afecte realmente a la música.
No, no, no, yo creo que no. Porque realmente las consecuencias musicales que ha tenido no han sido tantas. Estrictamente musicales han sido Bisbal, Bustamante y poco más. Después ha tenido repercusiones a nivel industrial en muchos aspectos, por ejemplo, cómo empezó esta gente a monopolizar las listas de éxitos, cómo empezaron a vender discos baratos para competir con el top-manta, a sacar un disco al mes... eso fue muy revolucionario en su época...

Y ocupar todas las galas de verano... Eso hizo mucho daño a los cantantes profesionales...
Bueno, bueno... Pero realmente, Operación Triunfo es un fenómeno televisivo, un show de televisión, más que estar relacionado con la música...

¿Pasajero?
Bueno, pasajero... Es televisión, y la música que se hace no es original. Hay que contemplar eso, que cuando hablamos de música siempre es la música que se está haciendo y la que se va a hacer, ese es nuestro concepto como concepto de música popular, un concepto que se ha sedimentado ya entre la gente. Estamos hablando aquí con mucha formalidá, ¿eh?

Hombre, de estos temas serios yo creo que tú tienes autoridad para hablar... ¿Cómo es tu relación con internet, a la luz de tu experiencia con Gira Mundial?
En principio, positiva, bueno, en principio y en el fondo. Internet es una llamada a la libertad. Cuando no puedes expresarte, porque realmente los medios alcanzan un nivel de monopolio grande, entonces te das cuenta de que internet es información libre. Internet es información libre, y ése es el auge. Será de nuevo, está siendo ya carcomida por el poder establecido, a través de la publicidad, a través de esto, a través de lo otro, a través de cantidad de cosas, de los virus y del spam, y a través de todo eso. Los virus vienen a ser como el terrorismo, ¿no?, en el fondo hacen juego al sistema. Pero bueno, así es la historia del mundo.

¿A ti te ha ido bien por internet, no?
Ahora mismo es minoritario, es emergente, y está jugando con la verdad, con libertad. Hay una libertad de decir lo que se quiere. Ahí aparecen las opiniones minoritarias, las opiniones libres, todo el mundo. En internet puedes encontrar todo lo que no encuentra en los medios convencionales. Claro, eso se convierte en una especie de fuerza contra el sistema. Y lógicamente en el momento en que sea mayoritario, pues se empezará a repartir cuotas de poder. Entonces, ahora mismo está minoritario, y aun así hay veces que te entran muchas ganas de quejarte por eso, porque te pasas ya casi más tiempo quitando virus y spam.

Es el medio por donde se cuela la piratería también, ¿no?, que es algo que os hace daño a los músicos. ¿Tú cómo ves ese fenómeno?
Yo desde ese punto de vista, yo a internet lo veo muy curioso, porque bueno, sobre todo es un fenómeno de libertad. Pero técnicamente pasa una cosa: somos muy chapuzas. También lo digo yo desde un punto de vista de una generación que le cuesta trabajo lidiar con los ordenadores y con el lenguaje éste, que no es lo mismo que los chavales jóvenes que lo hacen con mucha más facilidad. Aun así es sumamente fácil, pero es muy inestable, se cuelga mucho, hay muchos fallos... Yo básicamente lo utilizo para el correo y para copiarme mis discos.

O sea, que te da igual la piratería...
Yo no lo llamaría piratería. Vamos a ver, yo hago un disco, y quiero que se venda, por mi parte no estoy dispuesto a que la gente lo compre gratis (sic), por definición, desde el punto de vista de creador y de vendedor. Ahora, yo soy el público, yo estoy en mi casa, yo tengo un ordenador en mi casa, me conecto a internet y me dicen “¿quieres esto?” y digo “sí, a ver cómo suena”, “pum, po pa ti”, ¿y yo voy a decir que no? No, no, no soy tonto, vamos.

¿Y de quién es la culpa de eso?
No, no, aquí no hay culpa, aquí no hay culpa, eso es lo que hay, esa es la realidad. Si hay unos aparatos que permiten copiar las cosas, pues tú te las copias, ¿entiendes? O sea que esto es así. La Giralda, ¿a ti te gusta?, pues te coges y te haces una, te compras una finca y te haces una, nadie te lo prohíbe, no tiene que pagar copyright ni ná, ¿entiendes? Si tienes la posibilidad, ¿por qué no? Si los que fabrican las máquinas para hacer esas copias son los mismos que fabrican los discos..., la Sony, la Phillips... son los que fabrican esas máquinas, y son los mismos los que siempre ganan. La gente va a hacer todo lo que pueda, dentro de las posibilidades que le den. En la época de los casettes, la gente se compraba los discos y se grababa los casettes para escucharlo en el coche o para tener copia de seguridad, y no se hablaba de piratería. ¿Por qué se habla ahora de piratería, cuando la gente lo que está haciendo es copiar de sus amiguetes? Lo que pasa es que el amiguete ya es universal. La música, para que cumpla su función, tiene que ser muy compartida, es una cosa muy espiritual, la gente la tiene que comprender, la tiene que buscar, yo qué sé, tiene que sentirla como algo suyo, es como la vida, ¿entiendes? O sea, no es una fórmula que tú digas “ea, fórmula tal”, los 40 principales o el más moderno de internet no valen, la música siempre es una búsqueda hacia una sonoridad; cómo te suena el mundo, entonces tú la escuchas, tú el mundo lo escuchas así, “bin bin bin”, y entonces eso es música, y es una abstracción sobre la vida pero al mismo tiempo te hace la vida más soportable, más bonita, ¿no?

¿Qué es para ti el flamenco, de dónde viene y adónde va?

Entonces bueno, lo que te decía, esta música si tiene que salir, saldrá por algún lado, ¿sabes? Es una necesidad de eso y... ya me perdío, me estaba dirigiendo hacia algo, pero no...

Estábamos hablando de internet, yo te decía que se cuelan cosas perjudiciales y tú decías que bueno, que la vida es así, que la gente al final busca...
... exactamente, la gente busca. Lo que vale en la vida es lo que tú buscas, no hay respuestas inmediatas ni hay fórmulas para nada. Pero claro, cualquier poder que vaya a ocupar la situación va a querer fidelizar a todo el mundo, darles la receta de la felicidad, del voto y de lo que hay que hacer, de lo políticamente correcto. Pero claro, la minoría siempre sabemos que eso no es así, que la vida no funciona así. La vida precisamente es la rebeldía, y saber conjugar el ying y el yang, ambas cosas, ¿no?, armonizar la esquizofrenia vital que tiene el mundo. La gente que ama la vida, los que hacen progresar la vida siempre son las minorías, que son realmente los machacados. Toda esta paradoja se convierte en la vida. En resumen, la vida se resume a tiempo, el tiempo es lo mismo que el espacio, es el conocimiento, es la cercanía. En la vida hay una serie de caminos que cruzan, que unen a todas las personas vivas, y entonces ahí sí, uno es digital, hay una puerta abierta y cerrada, y continuamente hay que abrir, cerrar, pero que estamos comunicados todos, ¿no?

Y eso es internet.
Todo lo que nos mueve al arte, a la cultura, a la imaginación, a la espiritualidad... Todo eso yo lo resumo físicamente en comunicación, en que se abren los circuitos, empiezan a funcionar las ideas, los sentimientos, la gente empieza a perder el miedo a los demás. La comunicación es un gran respeto a los demás, no poca vergüenza, no miedo, pero respeto a su intimidad, a su individualidad, y el no querer que seamos muchos. Así es como concibo yo la comunicación, la comunicación es una máquina que se vuelve loca en el momento en que todos pensamos lo mismo, porque ya no somos personas, somos Hitler, eso es muy peligroso, entonces quiero comunicarme, pero bueno...

Hablas del pensamiento único, ¿no?
Exactamente, quiero decirte que quiero comunicarme, pero no quiero tener razón. Entonces todo está en una dualidad que el propio lenguaje ya te traiciona para intentar definir cuál es la dualidad esencial que tenemos en el mundo.

¿Tú lees? ¿Cuál es el papel de la literatura en tus canciones?
De joven leí mucho; bueno, no, tampoco, tampoco, conozco a mucha gente que ha leído mucho más que yo... No, hombre, en algunas canciones he tenido por ejemplo a Italo Calvino, como referente, con El barón rampante, que es una canción que hice sacando frases del libro. Y alguna referencia como “por la ventana brilla la luna”, que eso recuerda a la poesía modernista de Valle-Inclán, algunas cosas lorquianas... Pero la literatura, hombre... Bob Dylan, cuando yo lo escuchaba era sólo un músico, pero cuando empezamos a leer y a traducir las letras, eso era literatura, era un poeta, no tan complicado como Dylan Thomas, pero bueno. El flamenco es lo mismo. Porque en el momento en que conoces a San Juan de la Cruz, que conoces a Juan de la Encina, comediante, que conoces a Garcilaso, o los poemas juglares o el Arcipreste de Hita, pues bueno, todo eso tiene una continuidad en el flamenco. Letras flamencas del siglo XX de pronto son ramas del mismo tronco ancestral. El flamenco tiene también una parte muy descriptiva de las costumbres, de los gustos y de la sociedad de su tiempo. Pero sobre todo es un canto personal, a mí lo que me gusta del flamenco es que nunca pide a la gente uaaaaah, U2, ¿no?, ¿entiendes?, siempre es individual. El flamenco es el arte que más claramente explica lo que te he intentado decir antes sobre los medios de comunicación, que cuando se hacen mayoritarios pierden ya su poder.

O sea, que el flamenco tiene que seguir siendo minoritario.
El flamenco es el grito personal, son muchas las pequeñas minorías las que tenemos que conservar en el mundo. Es mucho más valioso tener muchas pequeñas minorías que no grandes mayorías. La riqueza de nuestro planeta son muchas pequeñas minorías, y entonces es, es romper el miedo a los demás. Como tenemos miedo a los demás, queremos o eliminar a los demás, o que se parezcan a nosotros.

Pero qué difícil es dar con el equilibrio de darse a conocer, para lo cual necesitas un trabajo comercial, pero luego conservarse para una minoría. ¿No hay contradicción? ¿Cómo se conjuga?
Es difícil, es un proceso de reflexión y de negación constante, es continuo. Si haces un concierto y de pronto te aplauden mucho, tú te sientes bien, pero como pienses demasiado en lo bien que te sientes, lo que te han aplaudido... Me parece bien tener esa satisfacción, que además te lo pide el cuerpo, pero claro, si tú abusas de eso, pues, yo qué sé, durante dos días pensando “hostia, qué bien estuve anoche, hay que vé, qué bien estuve, qué bien canté, lo que me querían, lo que me aplaudían...”. ¡Eso se convierte en un mamahostias!, ¿entiendes? Estás perdiendo lo que ha hecho posible que hayas tenido un buen momento. Ha sido un momento de entrega. ¿Y esto a cuento de qué venía? [Le aclaro volviendo a la pregunta]. Bueno, para mí, en el fondo, todo esto es un juego, que es lo que nos da el puesto de trabajo [y señala la revista], lo que nos da el orden para escribir los periódicos... En el fondo la vida es muy sencilla: adaptarse, buscarse la vida y es una serie de comunicación constante, de saber las posibilidades, de barajar, y entonces bueno, pues siempre acaba en el sentimiento de muchas minorías y eso es intentar conciliar la persona con esa obligación que tenemos de vivir como colectivo. Yo percibo siempre el colectivo como algo amenazante. Al mismo tiempo es algo maravilloso también, pero esa contradicción es indisoluble. Es maravilloso cuando la gente está así en un colectivo, pero también es muy amenazante, que como tú no estés en esa religión, te machacan. Entonces me da mucha pena y mucho miedo también cinco mil persona levantando los brazos y gritando “uaaaaah”, ¿sabes? Eso hay que cogerlo con prevención siempre, porque es que no, no, eso no es verdad, no es verdad, eso es un espectro, se multiplica uno por cinco mil, y no: una persona, dame el sentimiento, la verdad, de una persona. Porque esa es la única verdad que hay. Yo por ejemplo, hacía muchos años que no hacía entrevistas, y hago todo tipo de entrevistas dentro de la campaña de promoción, ¿por qué?, porque soy un mamahostias vulgar, eme hache uve, de aquí, del Coto de Doñana. Y bueno, tengo mis rachas de optimismo, pienso que yo tengo algo bueno que dar a conocer. Hombre, tampoco soy tan capullo de creer que la gente me necesita, pero vamos...

¿Cuáles son los límites del flamenco para ti?
Cuando sea una cosa que le guste a todo el mundo, ya no es flamenco, por definición. Camarón, por ejemplo, era un gran minoritario, no vendió discos hasta que se murió, y nunca fue disco de oro, a lo mejor, una vez. Al mismo tiempo era seguido por miles de personas, minorías muy activas, en este caso los gitanos, gente marginal, que también vive la música de una forma más liberadora y más, como con más necesidad, no es la persona que va a un concierto a ducharse, sino que es una persona que vive la música a médula de hueso.

¿Para ti qué hay de tópico y qué de verdad en que te definan como padre del flamenco-rock?
Yo lo que fui es de una generación que de pronto tenía conocimiento del flamenco y que también nos gustaba la música de aquella época, que era la música hippie, esa generación era también Lole y Manuel, Triana... Fue una especie de romanticismo un poco tardío, como fue Bécquer en el siglo XIX, porque esa onda en Europa había pasado, venía pasando desde los años sesenta, pero claro, nosotros estábamos aquí con Franco, y eso fue lo que hizo que ese movimiento liberador de los sesenta en España se diera en los setenta. La generación nuestra percibía que ambas cosas eran nuestras, el flamenco y lo hippie.

¿Y tú te ves como padre de eso, o eso es un invento?
No, no, ni padre ni ná. Manuel Molina fue el más grande precursor de todo eso, y los Smash también, se meten ya ahí, pero claro cuando Manuel se mete ahí, los Smash tampoco sabían mucho de flamenco, a lo mejor Gualberto era el que sabía un poco más. Nosotros, la generación de Veneno, de Triana y tal, yo creo que sabía más de flamenco, combinado, más de las dos cosas, quizá. Pero bueno, es eso, en ese momento ambas tendencias se juntan con naturalidad. Y después nos corresponde también el cambio del estilo de las letras en castellano, que hasta entonces se hacían con mucho miedo. Creo que fuimos los que dimos una llamada ahí para soltar y buscar nuevas perspectivas en el lenguaje.

Tú aprendiste flamenco tan cerca como en Estados Unidos... ¿Qué recuerdos guardas de ese viaje de juventud?
Yo tenía la idea de Estados Unidos como un país imperialista, había leído sobre la historia de Cuba, de la hipocresía que había en los Estados Unidos, cómo despreciaban ellos a los nativos, cómo utilizaron ellos la guerra española para quedarse con el país y dominarlo de una forma si cabe más cruel que la dominación que podían haber hecho los españoles. O cómo estaban comportándose en Vietnam, una cosa tan imperialista, o bueno, ahora, lo de Iraq, que es casi lo mismo. ¿Cómo puede tener esta gente la caradura de mandar un millón de soldados, allí, a un país que no es suyo, para poner sus ideas y su política?... Estados Unidos era un país imperialista. Pero cuando yo fui allí y vi a los grandes individuos, personajes grandes en un país grande, y leí a Walt Whitman... vi la grandeza de los grandes personajes americanos. Me empapé de un montón de cosas positivas: vine aquí hablando muy bajito, y la gente “¿qué te pasa, por qué hablas tan bajito?”. Allí, por ejemplo, cuando se hablaba mal de alguien que no estaba delante se decía “quillo, no me hables mal de nadie que no está delante”, eso es algo muy americano. Es que hay valores muy bonitos que tienen ellos.

¿Cómo te gustaría que te recordaran las generaciones por venir?

Las generaciones, no tengo ninguna idea ni me interesa para nada. Me gustaría que me recordaran mis parientes y mis familiares, la gente que me ha querido y me han aguantado, y que me recordaran como una persona que intentó por lo menos luchar y entregarse a la vida y entregarse a las personas.

jueves, 10 de junio de 2010

un par de apuntes

Mañana México inaugura el mundial y han dado permiso en oficinas y colegios para ver el partido. La gente cambia su foto de feisbuc por la de la camiseta del equipo y se pinta la cara de tricolor. No me extraña que pasen cosas cuando juega la selección. Nada como el circo para olvidarse del senado. ¿Quién se acuerda de la tomadura de pelo sobre la muerte de Paulette, por poner?

Vale.

(Estoy teniendo demasiada información que a nadie le importa pero a todos divertiría; a este paso voy a tener que escribir una novela.)

viernes, 7 de mayo de 2010

¿expiación?



También es casi irritante que una funcionaria mexicana se apegue con tanto ahínco a las leyes sólo porque son las españolas (¡en una ventanilla de Gobernación me gustaría a mí verla!) Pero ese no es el tema, yo que tanto defiendo los pequeños actos legales que nos hacen ciudadanos...

El tema es que nunca me había sentido así. Estado civil, y mi entereza se cae. "El peso del pasado", dice él. Sí, pero ha sido una sorpresa sentirlo de repente. Si algo nos hace notar el tiempo implacable quizá sea el recuerdo de los errores: la vida es tan corta y nos equivocamos tanto. Pero cómo explicarle a esta mujer, que por una oreja me atiende y con la mano tranquiliza al que está en la ventanilla, que de pronto puede ser español aunque en el fondo España ni fu ni fa. Deberías darle menos importancia a la burocracia, dice él. Pues sí.

En estos casos, un novelista coge y como si fuera la cadena del váter, hace desaparecer sus culpas, reales o infundadas, a través de la ficción. O eso dicen ellos. Yo, sin caer en el radicalismo, desconfío de la invención para expiar los pecados (y si algo me demuestra el Atonement de McEwan es precisamente eso: el remordimiento absoluto y definitivo, irremediable).

Así que aquí estoy, barriendo estas notas crípticas al rincón, como la que no sabe limpiar su casa.

viernes, 30 de abril de 2010

Jacobo Siruela, el placer de editar

A principios de los ochenta, Jacobo Fitz-James Stuart, conde de Siruela (Madrid, 1954), fundó y bautizó con su título nobiliario una editorial que se convertiría en referente. La vendió siendo una empresa próspera y prestigiosa en el año 2000 para centrarse en el proyecto exquisito y artesanal que lleva a cabo junto a su mujer, Inka Martí, desde su masía en el alto Ampurdán: Ediciones Atalanta. Un lustro de vida y casi medio centenar de títulos en el catálogo lo hicieron venir a México a presentarla.

Los editores suelen quejarse de su relación con los autores. Tú pareces haberlo solucionado publicando mayoritariamente a escritores muertos.
Bueno, yo no he tenido relaciones muy conflictivas con los autores, la verdad. Es cierto que mis autores vivos están lejos: uno vive en Tokio, otro en Uttar Pradesh, otro en Nueva York... De todas formas creo que es un conflicto necesario. Cualquier relación humana es conflictiva, más cuando hay intereses de por medio. Yo lo he solucionado un poco como casi todo: saliéndome por la tangente.

De las expectativas que tenías hace casi cinco años para Atalanta, ¿cuál se ha cumplido y cuál no?
Podemos estar razonablemente satisfechos, porque el sello se ha implantado bastante bien en España. Faltaba Latinoamérica, donde se vende poco, porque los libros son caros y porque hay que hacer política de marca. Por eso hemos venido a México. Yo no podía venir con tres libritos; ahora, con 43 libros, era el momento, y seguramente volveremos en diciembre. Yo he tenido una relación muy buena con México; en general con Latinoamérica. Siempre he sentido muy afín la sensibilidad latinoamericana.

Pienso que los editores españoles han conquistado el mercado editorial latinoamericano pero quizá les falta profundizar en la realidad del continente...
Bueno, es una verdad a medias, porque también se publica bastante literatura latinoamericana en España. También Latinoamérica vuelve la espalda a España: en muchas partes de Latinoamérica no se publica literatura española. Es una cosa recíproca.

¿Puedes poner un ejemplo?
Es bastante notorio, no hay que poner ejemplos. Yo sé que hay editores que han llevado los autores españoles a Latinoamérica y no se han vendido. Hay una especie de interés y desinterés: son dos realidades culturales que están condenadas a estar juntas. Es un mismo mercado, una misma lengua y una cultura diversa. Pero quizá no soy el más indicado; eso tendría que explicarlo un editor que publica autores latinoamericanos en España.

El gran éxito de Atalanta.
La historia de Genji: increíble que hayamos vendido doce mil y pico ejemplares.

Y un fracaso o una decepción.
En realidad, fracaso estrepitoso ninguno; es decir, los fracasos son mil y pico, y ahí se detienen las ventas. En España nos suelen ir mejor los ensayos que los cuentos, curiosamente, aunque Conrad va por la segunda edición, como Vivant Denon; Oscar Wilde va por la cuarta...

Has dicho en alguna entrevista que no fundaron Atalanta por motivos comerciales, pero eso no querrá decir que no te deja...
Siempre he dicho en broma que trabajo para no perder. Lo que pasa es que me estoy metiendo continuamente en libros que vacían las arcas de cualquiera. La Historia de mi vida de Casanova, por ejemplo, me ha costado ciento treinta mil euros. Evidentemente ya se han vendido más de tres mil ejemplares y hemos cubierto gastos. Pero siempre estoy intentando hacer posible lo imposible.
¿
Se necesita ser rico para tener una editorial así?
No, no. Yo fundé Siruela con bastante poco dinero. Con Atalanta sí metí dinero, pero como La historia de Genji fue el tercer libro, lo recuperé rápidamente. Claro, al principio hay que tener cubiertos los gastos de los primeros libros, de la página web, etcétera. Una pequeña editorial tiene gastos muy pequeños, una capacidad de reacción muy rápida, y todos tus movimientos son mucho más rentables que en las grandes empresas.

¿Cómo organizas el trabajo desde la lejanía de la masía?
Yo trabajo para Atalanta por la mañana y desde el ordenador se hace todo. Por eso siempre he dicho que es una editorial que funde lo campestre con lo cibernético. Sin el ordenador, no hubiéramos podido hacer Atalanta. A través del ordenador se procesan los textos, se hace el diseño, se envía a la imprenta; toda la investigación que hacemos de los libros se hace a través de internet, y los libros los recibimos a través de Amazon o de David’s Books. Soy muy partidario de lo electrónico, porque creo que es lo más interesante que ha pasado en la cultura en los últimos veinticinco años. Ahora he elogiado los blogs y ha tenido un eco increíble en los medios mexicanos. He tocado una fibra sensible de una manera azarosa, porque lo único que he hecho es contar mi experiencia. Nosotros publicamos a Masud Naiyer, que vive en Uttar Pradesh y sobre el que ni su propia agente sabía. El comportamiento de los críticos en periódicos y suplementos normalmente sería muy convencional: “Puf, un indio, y desconocido, y de Atalanta, debe de ser raro; si fuera de Anagrama...” Y de repente tres blogs lo han descubierto y han escrito críticas entusiastas y lo han recomendado como el mejor libro del año. Los blogs están más en la realidad, son más ágiles, y se dirigen a veinte mil personas, pero todos amantes de la literatura, o sea que el eco que pueden tener es muy grande. Es verdad que si sale una crítica en El País se dispara la venta, y esto con un blog no se puede saber. Pero intuyo que es importante.

¿Y ya tienes Kindle?
No estoy interesado. Yo voy a seguir haciendo el libro tradicional. Pienso además que el libro que hacemos es un libro del siglo XXI, que se seguirá haciendo, y que la tecnología de Gutenberg es perfecta. Son los grandes grupos los que están interesados en eso. Yo soy defensor de lo artesanal, entonces estoy en otra posición. Esto no es pasar del barco de vela al barco de vapor: es una opción más. Yo creo que se ha dado una noticia que no se ha producido, que promete una expectación creada artificialmente, muy vinculada también al negocio, a la expectativa de beneficios. Veremos en los próximos años cómo se desenvuelve.

¿Dónde reside el secreto para acertar?
En qué se basa el tahúr: en su técnica, en su experiencia, pero finalmente acierta por algo que ni él sabe. En este oficio no se puede saber. Yo me meto en la impresión enorme de Casanova y puedo saber cómo promocionarlo; sé que la prensa, cuando yo les explique que es un libro importantísimo, se va a entusiasmar. Y claro, este es el Casanova auténtico, con dos mil notas y doscientas páginas de índice onomástico; luego puede venir otro y hacerlo a dos pesetas y fastidiarte. Pero oye, estas son las leyes del tahúr, que no se queja del casino. Los lloriqueos no van conmigo.

Te hará gracia saber que a la vuelta de mi último viaje a España estuvieron a punto de abrirme la maleta: el bulto de las memorias de Casanova les parecía una suerte de artefacto explosivo...
Es que lo es.

¿Qué es lo más difícil de una editorial como Atalanta?
La edición en general es dificilísima. El proceso de producción hasta que llega al lector depende de tantas personas y tantos pasos técnicos e intelectuales... El lector no sabe la información tan sofisticada que conlleva un libro. Para mí es el objeto platónico por excelencia.

Y eso que Sócrates estaba en contra de los libros...
Decía Schopenhauer que un hombre de genio no podía no escribir, y que además Sócrates tenía panza, lo cual no es de hombre de genio.

Pero no me has dicho qué es lo más difícil para ti.
Cada libro es distinto, tiene problemas diferentes. En uno puedes tener problemas con el autor, en otro con un traductor, en otro con las correcciones, en otro con la imprenta, con la distribución o con la promoción... Esto no es sencillo, y la complejidad no se puede explicar en pocas palabras.

¿Echas de menos Siruela?
No. Yo me he reinventado totalmente. Para mí fue triste dejar todos los autores, pero yo no estaba por la labor de hacer una Siruela dos, llevarme a los autores, ese tipo de cosas. Era mejor empezar de nuevo con otro proyecto cultural, desarrollando las tres ideas del catálogo, llevar una labor de investigación y disfrutar con el trabajo, que es lo que nosotros hacemos. Yo he querido recuperar el placer de editar.

¿El apellido te ha pesado más que ayudado, o viceversa?
Esa siempre es una arma de doble filo. Al principio, por ejemplo, el impresor se fiaba de mí, pero luego en el mundo literario era “¿y este señorito que hace aquí?” Pero, en fin, yo siempre he vivido al margen de todo eso. Me he concentrado en hacer mi trabajo al margen de mi familia o de mis circunstancias sociales. ~


(Publicado originalmente en Letras Libres –México núm. 136, España núm. 103–, abril de 2010.)

miércoles, 7 de abril de 2010

todo se pega menos la hermosura

David Razú, promotor de la ley sobre el matrimonio homosexual

“Nunca en la historia de México la adopción ha estado prohibida por razones de orientación sexual”

David Razú Aznar (Ciudad del Carmen, Campeche, 1974) maneja a la perfección las maneras políticas –aliteraciones pertinentes, énfasis en las ideas, uso del vocativo con el interlocutor– y fomenta el uso de las plataformas sociales en internet (pueden seguirlo en Twitter en @drazua) para comunicarse con el ciudadano. Su partido, el Socialdemócrata, perdió el registro nacional por insuficiencia de votos en las últimas elecciones, pero sí logró colarse en el congreso del DF. Como presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa capitalina y asociándose al PRD, Razú ha conseguido que el pleno aprobara la ley sobre el matrimonio homosexual, que junto a la aprobación del aborto libre durante las doce primeras semanas de embarazo hace del Distrito Federal un modelo en el mundo en materia de derechos sociales.

¿Cómo fue el camino de la propuesta de ley del matrimonio homosexual hasta que se convirtió en ley?
La iniciativa era parte fundamental de mi propuesta de campaña para el Partido Socialdemócrata y fue impulsada por una creciente red de organizaciones sociales que comenzaron a ejercer cada vez mayor presión. (Es importante decir que la pérdida del registro del partido vino de la votación nacional, no de la local: en la local sí obtuvimos los votos necesarios.) Lo que hice fue acercarme a aquel grupo parlamentario que tuviera la igualdad como bandera y como motor fundamental, y eso es desde luego el PRD. La ruta lógica era hacer un acuerdo con ellos. Desde antes de que comenzara la legislatura, hicimos público un acuerdo que se llamó “Alianza de Izquierdas”, por medio del cual me adhería al grupo parlamentario –no al partido–, y el PRD se comprometía a impulsar la agenda socialdemócrata, en particular este tema de los matrimonios entre personas del mismo sexo. Ya entrada la legislatura hubo mucho diálogo con los otros grupos parlamentarios, y muy buena respuesta del PT, de Nueva Alianza… En fin, fue posible irla avanzando. También teníamos un creciente apoyo social. Se fundó alrededor de estas reformas la red social Sociedad Unida por Nuestros Derechos, que cuando subimos la iniciativa al pleno, el 24 de noviembre de 2009, tenía más de doscientas organizaciones. Para cuando se aprobó la iniciativa, eran casi seiscientas organizaciones en la red.

Hay dos Méxicos muy distintos: está el DF y luego el resto de la República, algunos de cuyos estados presentaron impugnaciones a esta ley. ¿De veras crees que hay apoyo social mayoritario en México, o que es más bien la capital contra una provincia todavía conservadora?
El otro día leía en Twitter que lo increíble no era que hubiera matrimonio entre personas del mismo sexo y despenalización del aborto en México: que lo increíble era que en México existiera el DF. A mí me parece que lo que está pasando es un reflejo de la sociedad capitalina, y no lo veías antes de la democracia porque estábamos limitados; nada más hacía falta abrirle la puerta a la sociedad, una sociedad avanzada, una sociedad cosmopolita y que cree más en los derechos humanos. Eso por lo que corresponde al DF. En cuanto a los estados que presentaron las controversias, ya viste que las seis fueron desechadas por la Suprema Corte de Justicia. Ahora, si hay o no un apoyo mayoritario es algo que en el debate de los derechos humanos no debe ser el centro de la atención. De hecho, históricamente, la lucha por los derechos humanos se da en un ámbito y en un ambiente contramayoritario. Lo mismo ocurrió en su momento cuando se dio la existencia del matrimonio civil, que fue un escándalo. Nadie se quería casar. Y después, cuando se le dio el voto a la mujer. Son hitos en el avance social que no deben valorarse con respecto a la posición que las mayorías tengan. Si vivimos en democracia es precisamente para garantizar que no sean pisoteados los derechos de las minorías. Por eso, todos esos planteamientos de llevar esta reforma a referéndum y cosas por el estilo son absurdos. Desde luego, estoy convencido de que las reformas van a permanecer, y que la Suprema Corte de Justicia va a fallar en contra de la inconstitucionalidad ominosa promovida por el Gobierno Federal. Creo que el Gobierno Federal con esa acción no discrimina exclusivamente a las parejas del mismo sexo, discrimina a todo el mundo: todos aquellos que no vivan en una familia biparental heterosexual, según el procurador y el presidente de la República, no son sujetos de la protección de la ley.

Estás familiarizado con los casos de España o Gran Bretaña. ¿Cuál sería tu modelo de sociedad ideal, que exista ya?
Esa es una pregunta difícil de contestar, porque no puedes hacer una extrapolación de ninguna legislación de otro país. La diversidad y la historia mexicanas son tan particulares… Sí me imagino un modelo de ciudad, un modelo de sociedad y un modelo de país, pero no lo podría vincular con alguno que ya conozca, independientemente de que haya muchas sociedades que yo admire, que me parezcan proclives al desarrollo y a la felicidad de su población. Ahora, si bien es cierto que en España la aceptación era mayor –que no mucho mayor en términos estadísticos, comparando 2005 de España con 2009 de México–, también la resistencia fue brutal. Yo me acuerdo de una marcha con obispos al frente con quinientas mil personas en la calle, en contra de las reformas. Avanzar en las libertades siempre tiene enemigos irreductibles.

Algo revolucionario en esta ley es que las parejas pueden adoptar niños. Es el punto donde los críticos a la ley son más duros. ¿Cómo lo defiendes?
Primero, yo no lo tengo que defender. Más bien tendrían que defender su posición los que se oponen, que no han sido capaces de producir un solo argumento válido, solamente descalificaciones y opiniones. Segundo, la estrategia que ha tomado la derecha con respecto al tema del matrimonio entre personas del mismo sexo ha sido la de la desinformación permanente y la mentira. Nunca en la historia de México la adopción ha estado prohibida por razones de orientación sexual. Nunca. En esta reforma no tocamos un solo artículo referente a la adopción. Ni uno. Aquí se hicieron reformas para el matrimonio exclusivamente. Por qué, si están tan preocupados por el tema, no impugnaron esto hace cincuenta años, o hace treinta, o hace veinte, ¡si siempre se ha podido adoptar! Por qué resulta que de pronto es lo que les preocupa. Porque están conscientes de que, como decía Einstein a mediados del siglo pasado, es más fácil romper un átomo que un prejuicio, y como se han dado cuenta de que en el Distrito Federal con toda claridad hay una mayoría de personas que está a favor del tema de matrimonio, se han ido al tema de la adopción, para golpear donde la gente tiene menos información. Han engañado abiertamente a la sociedad diciéndole que legislamos para adoptar, pero lo peor y más grave: que la adopción está mal, o que les genera algún tipo de problema a los niños. No dicen cuáles son esos problemas, cuál es el sustento que tienen, de dónde lo sacan, por qué lo dicen. Prácticamente todas las academias serias del mundo que se han metido a estudiar esto –y tenemos los estudios en www.sociedadunida.org–, han demostrado con estudios empíricos que la orientación sexual de los padres no tiene ninguna relación con el desarrollo de los menores. Pero no se dan cuenta de que al hacer lo que hacen están atacando a niños, a los cuales les están diciendo “tú no tienes derecho a que se reconozca tu familia”. Porque las familias homoparentales con niños existen; no estaban esperando a que viniera un legislador o un grupo legislador a darles permiso. Lo único que estamos haciendo es darles el reconocimiento.

¿Cuál ha sido el argumento más cavernícola que te has encontrado en los debates del pleno?
Bueno, rayan hasta en lo divertido. En particular, el de un jerarca religioso de León, que dijo que el terremoto de Chile había sido por culpa de las reformas del matrimonio. De ahí, para abajo. El que más me ha preocupado es el que ha venido por parte del PAN, diciendo que iban a proteger a nuestros niños de deseos perversos y antinaturales que atentan contra sus derechos. Hacer una campaña como esta por parte de un partido político, financiado con recursos que provienen de nuestros impuestos, me parece una falta absoluta de ética política. Acción Nacional ha dejado mucho que desear como partido político y como institución.
Antes te preguntaba por esos dos Méxicos que se ven, el DF y el resto del país.

También creo que dentro de esa izquierda a la que te asociaste dentro del DF hay muchas diferencias. Me acuerdo, por ejemplo, en los plantones de 2006 organizados por López Obrador, cómo había carteles claramente homófobos referidos a miembros del PAN. ¿Qué opinas?
El PRD es un partido de masas, en fin, tiene un electorado muy amplio si se compara con los partidos emergentes. Pero me parece que cada vez hay un mayor esfuerzo en el PRD por desarrollar de manera efectiva su plataforma programática, en donde estos temas sí están. Una de las cosas que yo señalé públicamente en varias ocasiones es que para el PRD fue fácil adoptar estas reformas en el DF porque es congruente con su programa. Desde luego siempre hay cuadros y siempre hay representantes populares que pueden ir en contra de estos lineamientos. Y no sólo en el PRD; en el propio Partido Convergencia, que se postula socialdemócrata, por ejemplo, acaba de salir un diputado de apellido Tonalzin en Tlaxcala con una iniciativa para penalizar el aborto. De nuevo, me parece que el tema tiene que ver también con el DF/resto del país. Lo que quiero decir con todo esto es que la izquierda en su conjunto, si bien no está perfectamente alineada con las reformas liberales, poco a poco va acercándose cada vez más a la defensa de las libertades, al menos muchísimo más que el PRI o que el PAN. Es un proceso en el que quienes podamos tenemos que abonar, pero también es del espacio ciudadano, en el que yo creo mucho. El segmento más liberal de la población, que más cree en las libertades y en los derechos humanos, está en el espacio ciudadano.

Y sin embargo, un partido como el Socialdemócrata, que presentaba todas esas propuestas modernas, perdió el registro a nivel nacional.
Es también muy difícil hacer una valoración precisa de esto. Por una parte, hubo un impacto importante por parte del movimiento anulista, y habría que revisar también cuáles son las estrategias y los planteamientos que hicieron estado por estado y a nivel nacional, porque en el DF sacamos incluso más votos que Convergencia. Pero es materia de otro debate. A mí no me parece que la sociedad no esté preparada para una propuesta socialdemócrata; me parece más bien que no la supimos comunicar.


(Publicado originalmente en el blog "Otras voces", de la revista Letras Libres, el 7 de abril de 2010.)

martes, 6 de abril de 2010

seis de abril

A mi pareja no la destruirá nada o la destruirá el fútbol. Esos seis kilos y medio a los riñones y bajo la lluvia para ir a trabajar. Me da la gana culpar al Barça.

El sábado mi hija va a estrenar su uniforme oficial del Real Madrid.

más puestas en escena

Después de ver esta entrevista sin lágrimas, no tengo más remedio que recuperar algunas palabras de Arcadi Espada sobre aquella célebre pregunta de Iñaki Gabilondo a Felipe González sobre los GAL:

Esa pregunta que Iñaki planteó no tiene ningún tipo de posibilidad de respuesta periodística, tiene una posibilidad de respuesta teatral. Pero yo hablo de periodismo y naturalmente eso no fue sino un balón listo para que el otro remate a gol con la puerta vacía. Y hay otra cosa muy importante, un problema que yo no trataba en la columna, pero que para mí es muy importante: esa es una pregunta que no se debe hacer nunca, pero no sólo por razones morales, sino porque ¿cuál es la autoridad que asiste a Iñaki para hacer esa pregunta? ¿Tiene alguna prueba de eso que dice? Es decir, una prueba significa: ¿puede usted repreguntar eso que dice? En el fondo, si lo pensamos profundamente, lo que hace Gabilondo es acusar sin pruebas. Si usted le pregunta a alguien: “¿Es usted un asesino, ha matado usted a tantas personas?”. Esa persona puede perfectamente responderle “Oiga y ¿por qué me hace usted esa pregunta, tiene alguna prueba de lo que dice?”. Y si usted no la tiene, pues tendría que enfrentarse a ello. (Letras Libres España, mayo de 2006).

Y hablando de Espada, y a propósito de las estrellas de rock, él mismo me lo recordó por imeil y aquí están las palabras exactas:

"Los medios tienen que hablar de los terroristas; incluso hablar con los terroristas. Baste que no olviden que la única razón que justifica hacerlo es el asesinato, que los terroristas están en los medios por asesinos y que esa es su única fama". (Diarios, 2002).

(Esperaba volver al rincón con historietas de las mías y no hecha una microarcadita ¡pero es que Televisa no me da tregua!)

domingo, 4 de abril de 2010

dos estrellas de rock



"Tenía mucho interés en conocerlo", le dice el señor narco al Periodista. Y el Periodista no le contesta: mire qué cosas, usted queriéndome conocer a mí y tantos reporteros a los que matan por pretender investigar cualquier verdad relacionada con el narcotráfico, por qué mejor no nos vemos en la cárcel cuando lo detengan. No. El Periodista le da –"con naturalidad"– las muchas gracias.

Así que no extraña pasajes como este, paradigma del encuentro:

-¿Cómo se inició en el narco?
Su respuesta me hace sonreír.
-Nomás.
-¿Nomás?
Vuelvo a preguntar:
-¿Nomás?
Vuelve a responder:
-Nomás.
Por ahí no sigue el diálogo y me atengo a mis propias ideas: el narcotráfico como un imán irresistible y despiadado que persigue el dinero, el poder, los yates, los aviones, las mujeres propias y ajenas con las residencias y los edificios, las joyas como cuentas de colores para jugar, el impulso brutal que lleve a la cúspide.


Por ahí no sigue el diálogo. Me atengo a mis propias ideas. Nomás.