lunes, 4 de enero de 2021

en memoria de Isabel


Rosa mandó ayer esta foto, recordando la penúltima vez que estuve en ese lugar, uno de mis particulares templos de la felicidad, el mejor bar de México. Fue la vez que llevé a Carmen París (que al día siguiente nos dejaría mudos en el Foro del Tejedor con su Nana del caballo grande). Qué días aquellos de noviembre, llenos de luz y sombra, y no tanta como ahora.

González, Espina, París, García y Santos, una noche feliz

El cartel de La Embajada es hoy más moderno, pero prefiero el que había. Desde luego, no parecía de luto, como este.

Hoy, Emiliano me cuenta que murió de covid Chabelita, Isabel, nuestra mesera favorita, que nos recibía a besos y abrazos –sobre todo a él, al que conocía de niño y que es nuestro galán Cine de Oro– y nos juntaba las mejores mesas.

Isabel era pura luz, una de las pruebas vivientes de que las personas importan, cualquiera que sea el lugar que ocupan en el mundo. La Embajada Jarocha no va a ser lo mismo sin ella y, por lo tanto, México entero. Yo la recordaré siempre.

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