jueves, 24 de mayo de 2012

cuando muere un Escritor (y II: la tumba)

Dejó dicho que lo enterraran en Montparnasse, donde Vallejo y Cortázar y Beckett y Sartre y Simone de Beauvoir y Porfirio Díaz. Todo en su lugar, como era de prever.

Todo, si no fuera por la distorsión a la que se atreve la realidad:




La distorsión, el tremendo dislate para el que no existe nombre, de unos padres enterrando a sus hijos.

"En el altar de la fama sacrificó su vida pero también su obra", dice quien. "Pero él lo tenía clarísimo", responde un viejo amigo del Escritor –¿puede el Escritor tener amigos?–. "Quería ser un rockstar y lo fue."

Me pregunto si añadirán su nombre a la lista que tienen a la entrada del cementerio. Quién visitará su tumba y durante cuánto tiempo. Cuántos libros suyos resistirán.



(Foto de Rafa Mármol Domínguez, 20 de mayo de 2012)

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