Día terrible. Sí, allí estaba mi blusa de flores, pero no yo. No entera ni enteramente. Los alumnos me dijeron que la sesión fue muy provechosa y les creo a partir de lo que presencié.
Como no estaba en mis cabales, cometí varios errores que pagué con sus quejas. Incluida la de mi atuendo, inapropiado para presentar a Aly por la tarde. No dejo de temer que se nos rompa el amor de tanto usarlo, pero hoy yo tenía una disculpa.
De pronto, antes y después de Aly, tan cansadísimos los dos, mi temor es inverso al de ayer: maravillosa su lucidez, pero qué pasa si él no entiende México. Si todo se queda en ah, este país, cuánto poeta, cuánta ficción... En fin, veremos.
Hoy nos merecemos descansar.
2 comentarios:
Un beso grande
Fue pobre ayer la intervención de Christopher Domínguez, la verdad no dio mucho juego. Sin saber qué, me esperaba un poco más.
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