martes, 2 de octubre de 2007

taxi VII

Mujer en la treintena, divorciada, con niña de cinco años que mantener. Y novio con dos hijos en Tlaxcala. Mientras sortea microbuses como un demonio de tasmania, habla con su hija por teléfono y le dice que a las siete irá por ella. No le importa el machismo de sus compañeros, está feliz de tener horarios flexibles: "Si necesito más lana pos trabajo más, si estoy cansada pos me voy a casa a dormir". Contentas ambas, servida yo, pagada ella, nos deseamos suerte.

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En cuanto al ANIVERSARIO, léase, por ejemplo y por mirada externa, el epílogo de Nada y así sea, de Oriana Fallaci.

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