Cuando las minas de Riotinto pertenecían a los ingleses y a la empresa la llamaban "La Compañía" (por Río Tinto Company Limited, que por cierto sigue existiendo), la paga la cobraban las mujeres de los mineros: era el modo, victoriano y, claro, efectivo, de evitar que los salarios acabaran en apuestas o aguardiente.
Curiosamente, el moderno sistema de microcréditos fundado por Muhammad Yunus, que tan buenos resultados ha dado en países como Bangladesh o el mismo México, se basa en la misma idea: denle el dinero a ellas, que sabrán administrarlo mejor.
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