viernes, 23 de marzo de 2007

noticias de la batalla

Una victoria por una derrota. Y una sugerencia: la autobiografía de Ayaan Hirsi Alí, Mi vida, mi libertad, que ha publicado Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores.

Recupero para todos aquel mensaje sobre nuestro emocionante encuentro con Ayaan, aquella mujer sentada al fondo de un salón inmenso del hotel Ritz, custodiado por varias barreras de policías nacionales:

Ayaan -que sufrió en su niñez la mutilación de sus genitales- huyó de su familia a los 22 años cuando iba camino de Canadá para casarse con un hombre que no conocía. Pidió refugio en Holanda, donde ha aprendido a ser una mujer libre, y una de las políticas más lúcidas en la crítica al multiculturalismo y la corrección política hacia el islam. Por supuesto, vive amenazada de muerte.
Acaba de publicar el libro Yo acuso, una defensa de la emancipación de las mujeres musulmanas desde el mismo islam. Y no resaltando los aspectos positivos del Corán, como suelen hacer los multiculturalistas, sino destripando la perniciosidad de las enseñanzas de Mahoma. Su tesis es que la opresión a la mujer no afecta solamente a la mujer, sino a toda la sociedad: pasa que, además de ser mujeres oprimidas las que educan a los hombres, y todo acaba en un círculo vicioso y enfermizo, esas sociedades están desperdiciando el 50 por ciento de su potencial de trabajo. (Bueno, dice muchas más cosas, pero ahí está el libro, que os recomiendo...)
La fama que le han creado de dura y radical -entre otras razones, porque pasó del partido socialdemócrata al liberal por no soportar la tibieza y la hipocresía de los primeros- se viene abajo en cuanto estás delante de ella: no sólo es hermosa por su rostro eritreo y su piel de ébano; es que su voz suave, su dulzura firme, su claridad de ideas, su simpatía, resplandecen en cada chispa de sus ojos negros. Fue como estar delante de la Historia: porque si no la matan -confío en que no- va ser una persona fundamental e imprescindible para este mundo en los próximos años.

Y el documento (del) maestro.

Coda
Dos holandeses en el Covadonga: "Hirsi Alí es una oportunista". La progresía borracha no tiene remedio...

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