Es que no era lo mismo la aparente desidia de hace una semana que la explicación escrupulosa y científica que el doctor Alegría (por fin nos daba una) dio a Rodrigo justo antes de la minitrepanación. Entonces ya empezamos a soltar aire. Un aire que entra y sale ahora tranquilo, al ver al luminoso Azar regateando del todo al negro Destino (je).
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