sábado, 10 de diciembre de 2011

6.8

Un rugido (la Tierra suena a escalofrío cuando tiembla), un cristal contra el suelo y los sentidos se afilan para cargar a los niños medio dormidos para echarse escaleras abajo. Ya escribí sobre esto la primera vez, cuando no me asusté tanto.
Instantes idóneos para maldecir a Hernán Cortés por decidir refundar la capital de la Nueva España sobre las ruinas de Tenochtitlan, o sea un gigantesco lago. Estas arenas movedizas. Este recuerdo perpetuo, se haya vivido o no, del 19 de septiembre de 1985.

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