Ordaz publicó ayer un gran reportaje que pone cara a algunos de los mexicanos más valientes. En él oigo un runrún que oigo en muchas otras partes, difícil de sentir si uno se entretiene en las grandes palabras (heroico, guerra, el mal). El runrún, en esta historia, por ejemplo:
"Marisela, como otras muchas de las más de 500 madres cuyas hijas han sido asesinadas en la ciudad norteña, emprendió la búsqueda del asesino de su hija. Un año después, y gracias a su insistencia, la policía detuvo a un tal Sergio Rafael Barraza, el exnovio de Rubí, quien confesó que la había matado y quemado después, indicando a los agentes el lugar donde se encontraba el cadáver. Pese a todo, el convicto solo pasó unos meses en prisión. El 29 de abril de 2010 fue puesto en libertad por 'falta de pruebas'."
El mismo runrún atraviesa ese monumento a México que es 2666, con el que tanto se mete Espada y cuyo tema no son "las muertas de Juárez", sino la muerte misma, sin solución ni resolución. Y el mismo runrún sonó –¡oh, sí!– en aquellas conferencias memorables del propio Espada (su cena con Gobernación: "los funcionarios no saben ni quién mata ni quién muere"; el robo de nuestra muchacha: "perdóname, pero yo no podría vivir en un país así").
"Así", el meollo del runrún. El runrún, no poder confiar en la policía porque nunca se sabe quién es quién ni a quién sirve, como en los mejores relojes suizos de Sciacia. El runrún, la total y absoluta –total y absoluta– indefensión ciudadana que provoca la impunidad. El runrún, no saber nunca (¿guerra, narcoterrorismo, mafia, ¡crimen de pareja!?) El runrún, que quien quiere saber muere (el último hoy mismo; él, su mujer y su hijo). El runrún, ese rostro inclinado al pasmo del presidente Calderón, como si la cosa fuera con el vecino del quinto.
El runrún. Que algo está muy podrido en un país cuando a un ciudadano que ejerce su deber y su derecho se le llama héroe. El runrún. Que esto es una democracia precaria. Y si no, que bajen Manué, Pericles y Alexis de Tocqueville.
1 comentario:
Muy buen enlace con el reportaje en el País.
Un saludo Yaiza.
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