sábado, 1 de marzo de 2008

pequeño placer

La ausencia de clima extremo hace de México un país para leer en la calle. Nada de refugiarse en el Café Comercial en invierno, ni huir a una piscina municipal en verano (bueno, tampoco sabe uno qué enfermedades va a coger en una alberca pública mexicana). En fin, bastan los parques del barrio. Y si el barrio resulta ser el de los actores y los poetas y los estudiantes y los argentinos, sentarse con los papeles del día en un banquito del Parque México termina acercándose mucho a lo que debe de ser la felicidad.

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