Entre mi casa y la calle solo hay cristales. El efecto de esta luz de nube es mayor. Luego está el huésped que me habita. Una prisión de hormonas. Sueño con monstruos y con muertos. Estoy como los habitantes de aquella estación cerca de Solaris. Solo que sin alicientes, claro...
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Ayer se murió Lichi, tan noble y tan divertido. "Quién soy yo para escribir trescientas páginas, si en el fondo uno solo tiene tres o cuatro cosas que decir..."
3 comentarios:
Te iba a mandar esto, pero me he dado cuenta de que no tengo tu mail (¡sólo vivíamos en el Facebook!): el estólido Izquierdo (el Tuerto, como lo llama, muy adecuadamente, Arcadi) te ha tomado el nombre del blog!
Faltaba el enlace:
http://www.elpais.com/articulo/reportajes/aznaourinho/lupus/elpepusocdmg/20110807elpdmgrep_6/Tes
¡Y metiéndose con mi portugués, encima! :D
(¿Ya te has enterado del Formentor? Tienes que volver a feisbuc, si no, voy a tener que ponerme a escribir aquí...)
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