Setenta y dos. Así puestos, uno detrás de otro, suman lo que alguna clase en la Facultad de Ciencias de la Información. Con setenta y dos años, uno detrás de otro, murió mi abuelo Juan. Setenta y dos dicen los cabalistas que son los nombres de Dios.
Estados Unidos debería detener desde hoy la construcción del muro físico, por otro lado un poco inútil, entre su frontera y la de México. El muro que separa a los miserables de Estados Unidos es México mismo.
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